¿Cuáles son los dientes permanentes?
Los dientes permanentes son aquellos que reemplazan a los dientes de leche y se encuentran en la boca a lo largo de toda la vida, a menos que se pierdan o se extraigan por alguna razón.
En total, un adulto debería tener 32 dientes permanentes, que se dividen en cuatro tipos: incisivos, caninos, premolares y molares.
Los incisivos son los dientes más visibles en la boca, están ubicados en la parte frontal y tienen forma rectangular. Su función es cortar y morder los alimentos.
Los caninos, también conocidos como colmillos, son dientes puntiagudos que se encuentran junto a los incisivos. Son muy importantes para morder y desgarrar los alimentos y también son los que dan forma a la sonrisa.
Los premolares son dientes más grandes y gruesos que los anteriores, ubicados detrás de los caninos. Estos dientes son importantes para triturar y moler los alimentos antes de pasarlos al estómago.
Por último, los molares son los dientes más grandes y anchos, ubicados en la parte posterior de la boca. Su función principal es moler y triturar los alimentos antes de ser tragados.
Es importante cuidar y mantener una buena higiene dental para asegurarnos de que nuestros dientes permanentes duren toda la vida y funcionen a la perfección en nuestra dieta cotidiana.
¿Qué diente es permanente?
Los seres humanos tienen dos juegos de dientes: los dientes de leche y los dientes permanentes. Los dientes de leche aparecen en la infancia y se caen a medida que crecemos, siendo reemplazados por los dientes permanentes.
En total, los seres humanos tenemos 32 dientes permanentes. Estos se componen de 8 incisivos, 4 caninos, 8 premolares y 12 molares (también conocidos como "muelas").
Los primeros dientes permanentes en aparecer son los molares inferiores, que suelen hacerlo alrededor de los 6 años de edad. Luego, los incisivos superiores y la mayoría de los dientes de la mandíbula comienzan a aparecer entre los 6 y los 8 años. Los caninos inferiores suelen aparecer alrededor de los 9 años, mientras que los caninos superiores lo hacen alrededor de los 11 a 12 años.
Es importante cuidar adecuadamente los dientes permanentes, ya que están diseñados para durar toda la vida. Esto incluye cepillarse los dientes al menos dos veces al día, usar hilo dental diariamente y visitar al dentista regularmente para exámenes y limpiezas.
En resumen, los 32 dientes permanentes que tenemos los seres humanos incluyen incisivos, caninos, premolares y molares, y reemplazan los dientes de leche que pierden los niños. Es esencial cuidarlos adecuadamente para mantener una buena salud bucal y garantizar una sonrisa saludable y hermosa durante toda la vida.
¿Cuáles son los dientes de leche y los permanentes?
Desde el momento en que nacen, los bebés cuentan con un conjunto de dientes temporales o "de leche". Estos dientes suelen empezar a aparecer en los primeros meses de vida, aproximadamente entre los seis y los doce meses. A los dos años, normalmente se completa el proceso de erupción de estos dientes, siendo un total de 20 piezas.
Los dientes de leche están compuestos por incisivos, caninos y molares, y aunque son temporales, son una parte importante en el proceso de desarrollo oral del niño. Contribuyen al correcto desarrollo en la masticación, al habla y a la estética facial. No obstante, a medida que el niño crece, estos dientes se van cayendo para dar paso a los dientes permanentes.
Los dientes permanentes son aquellos que acompañarán a una persona durante toda su vida, siendo un total de 32 piezas. Comienza su erupción a partir de los seis años aproximadamente, etapa en la que se substituyen los dientes temporales por los permanentes. Uno de los principales cambios es la incorporación de los molares de adulto, que no están presentes en el conjunto de dientes de leche. Además, los incisivos temporales son substituidos por unos más grandes y los caninos temporales darán paso a los caninos permanentes.
Es importante cuidar de los dientes de leche y permanentes, realizando una adecuada higiene oral y llevando una dieta equilibrada. Esto permitirá una correcta salud bucal y evitará problemas posteriores que puedan afectar a los dientes y encías.