La Candida albicans o simplemente cándida es un hongo que forma parte de nuestra flora microbiana y, en condiciones normales, no causa enfermedades. Sin embargo, en ciertas circunstancias, este hongo puede proliferar en exceso y provocar infecciones.

La cándida se encuentra en áreas húmedas del cuerpo, como la boca, la garganta, los órganos genitales y el intestino. Cuando el sistema inmunológico se debilita, por ejemplo a causa de enfermedades, medicamentos o estrés, la cándida puede crecer en exceso y causar candidiasis, una infección micótica que puede afectar a diferentes partes del cuerpo.

Los síntomas de la candidiasis varían según la zona afectada, pero pueden incluir picor, enrojecimiento, ardor, dolor al orinar o durante el sexo, y secreción anormal. En casos más graves, la cándida puede provocar infecciones sistémicas que afectan a órganos internos y comprometen la vida del paciente.

Para prevenir la candidiasis es importante mantener una buena higiene íntima, evitar el uso excesivo de antibióticos, controlar el azúcar en la dieta y fortalecer el sistema inmunológico con una alimentación saludable y ejercicio regular.

En conclusión, la cándida es un hongo que se encuentra en nuestro cuerpo y que, bajo ciertas circunstancias, puede causar infecciones micóticas. Es importante tomar medidas preventivas para evitar su proliferación y mantener una buena salud.

¿Qué provoca tener cándida?

La cándida es un tipo de hongo que se encuentra de forma natural en nuestro cuerpo. Sin embargo, cuando se produce un desequilibrio en las bacterias y hongos que coexisten en nuestro organismo, la cándida puede proliferar en exceso.

Existen diversos factores que pueden desencadenar el excesivo crecimiento de la cándida, como el uso prolongado de antibióticos, una dieta alta en azúcares refinados y carbohidratos simples, el consumo excesivo de alcohol o un sistema inmunológico debilitado.

La infección por cándida puede presentar una amplia variedad de síntomas, como picazón, enrojecimiento, irritación, sensación de ardor, fatiga, neblina cerebral, entre otros. Estos síntomas pueden afectar tanto a hombres como a mujeres, aunque es más común en el género femenino debido a las condiciones del área vaginal, el embarazo y otras causas hormonales.

Es importante destacar que, si bien la cándida es un hongo que se encuentra en nuestro cuerpo de forma natural, su crecimiento excesivo puede tener consecuencias negativas. Por eso, es fundamental llevar una alimentación saludable, evitar exponer el cuerpo a situaciones estresantes o inmunodeprimidas y mantener una buena higiene personal.

¿Qué es la cándida y cómo se contagia?

La cándida es un tipo de hongo que habitualmente se encuentra en el cuerpo humano. Este puede habitar en la piel, la boca, los órganos sexuales y el tracto intestinal sin causar daño alguno.

Sin embargo, cuando la cándida se multiplica en exceso, puede ocasionar una infección conocida como candidiasis. Esta enfermedad puede llegar a producir síntomas molestos e incluso graves.

La candidiasis se contagia de distintas formas, aunque la forma más común es a través del contacto con la piel o las mucosas infectadas. De igual forma, puede ocurrir a través del consumo de alimentos contaminados con este hongo.

Otra de las causas de contagio es el uso de ropa ajustada y hecha de materiales sintéticos, que favorece la humedad y la aparición de hongos en la piel. Asimismo, el uso prolongado de antibióticos puede alterar la flora intestinal y fomentar el crecimiento de la cándida en el cuerpo.

Es importante detectar y tratar la infección de forma oportuna para evitar su propagación y la aparición de complicaciones. El tratamiento puede variar según la gravedad del caso e incluye el uso de antifúngicos y cambios en la dieta y el estilo de vida.