Una fractura dental puede ser una experiencia terrorífica y dolorosa, pero es importante saber cómo manejar la situación para minimizar el daño y maximizar la posibilidad de recuperación.

Lo primero que debes hacer es contactar a tu dentista de inmediato. Si no puedes comunicarte con tu dentista, dirígete a una clínica dental de urgencias o a un hospital. Siempre es mejor recibir atención profesional lo antes posible para evitar complicaciones a largo plazo.

Si es posible, recolecta cualquier trozo de diente que se haya roto y llévalo contigo para que tu dentista lo examine. Si no encontraste los fragmentos, es probable que tu dentista tenga que reparar la fractura sin ellos.

Cuando te encuentres en el consultorio del dentista, él o ella examinará la fractura y decidirá cómo manejarla. En algunos casos, una férula puede ser la mejor opción para mantener los fragmentos juntos y permitir que la fractura sane correctamente. En otros casos, el diente puede requerir una restauración o extracción. Dependerá de la gravedad y ubicación de la fractura para determinar el mejor plan de tratamiento.

Mientras tanto, es importante mantener el área de la fractura limpia y evitar comer alimentos duros o pegajosos. Además, asegúrate de cepillar suavemente la zona afectada y de enjuagar con agua tibia y sal para mantenerlo limpio y prevenir infecciones.

En resumen, si experimentas una fractura dental, contacta a tu dentista de inmediato, recoge cualquier fragmento que puedas encontrar y mantén el área limpia y protegida hasta que puedas recibir atención profesional.