En caso de que tu bebé se queme la lengua, es importante actuar de manera rápida y efectiva para aliviar su dolor y evitar que la lesión empeore.

Lo primero que debes hacer es enfriar la zona afectada lo antes posible. Para ello, puedes darle a tu bebé algo frío para que chupe, como un cubito de hielo o un trozo de fruta congelada. Esto ayudará a reducir la inflamación y aliviará el dolor.

No debes aplicar ningún producto o sustancia en la lengua de tu bebé, ya que esto podría empeorar la quemadura y causarle más dolor. Es importante que no le des alimentos o líquidos calientes mientras se recupera.

Si la quemadura es grave o el dolor no disminuye, es recomendable que consultes a un médico pediatra. El especialista evaluará la lesión y te dará las indicaciones necesarias para su tratamiento.

Recuerda que prevenir las quemaduras es fundamental. Para evitar accidentes, mantén fuera del alcance de tu bebé objetos calientes como tazas de café, platos con comida caliente y recipientes con líquidos calientes. También es importante tener en cuenta que las superficies calientes, como las estufas y los hornos, pueden quemar rápidamente la piel sensible de un bebé, por lo que debes mantenerlo alejado de ellas.

En resumen, si tu bebé se quema la lengua es importante enfriar la zona, evitar aplicar productos o sustancias, consultar a un médico si la quemadura es grave y, sobre todo, tomar medidas preventivas para evitar accidentes en el futuro.