Una caries es una enfermedad dental muy común en la que se produce un daño en la estructura del diente debido a la acción de las bacterias presentes en la boca. Cuando una persona tiene una caries, puede experimentar diferentes sensaciones y molestias que varían según la gravedad de la misma.

En las primeras etapas, una caries puede no causar dolor. Sin embargo, es posible que se sienta una sensibilidad leve al consumir alimentos o bebidas calientes, fríos o dulces. Esto se debe a que la caries ha dañado el esmalte dental, exponiendo las capas internas del diente que son sensibles a los estímulos externos.

A medida que la caries avanza, el dolor puede aumentar. La persona puede sentir molestias al masticar o al aplicar presión sobre el diente afectado. Además, pueden surgir episodios de dolor agudo e intermitente, especialmente al comer alimentos azucarados o al beber líquidos fríos. Estos dolores son conocidos como "dolor de caries" y pueden ser intensos y difíciles de tolerar.

Además del dolor, una caries también puede causar hipersensibilidad dental. Esto significa que el diente afectado reacciona de manera exagerada a estímulos como el frío, el calor o el contacto con alimentos dulces. Es posible que incluso sientas molestias al cepillarte los dientes o al pasar hilo dental en la zona de la caries.

Otro síntoma común de una caries es la aparición de manchas en el diente. Estas manchas pueden ser blancas, marrones o negras, dependiendo de la gravedad de la caries. Además, es posible que el diente afectado se vea físicamente deteriorado, con partes rotas, agujeros o incluso una cavidad visible.

En resumen, cuando tienes una caries puedes experimentar sensibilidad, dolor, hipersensibilidad dental y la aparición de manchas en el diente afectado. Es importante acudir a un dentista lo antes posible para recibir el tratamiento adecuado y evitar que la caries empeore. ¡Recuerda que la prevención y el cuidado dental diario son fundamentales para mantener una buena salud bucal!