Cuando se trata de empastes dentales, hay varias opciones disponibles. Los más comunes son los empastes de amalgama y los empastes de composite. Ambos tipos tienen sus ventajas y desventajas, por lo que es importante saber cuál es el mejor para tus necesidades.

Los empastes de amalgama están hechos de una mezcla de mercurio, plata, estaño y cobre. Son duraderos y pueden durar hasta 10 años. Sin embargo, pueden ser menos estéticos porque son de color plateado y pueden ser más visibles en la boca. Además, algunos pacientes pueden ser alérgicos al mercurio en la amalgama.

Los empastes de composite están hechos de una resina dental que se mezcla para que coincida con el color de los dientes del paciente. Son más estéticos que los empastes de amalgama y son una buena opción para los dientes delanteros. Sin embargo, pueden no ser tan duraderos como los empastes de amalgama y pueden dañarse con más facilidad.

También hay opciones alternativas de empastes dentales, como los empastes de cerámica. Estos son muy duraderos y estéticos, pero también pueden ser costosos y requieren más tiempo para colocarse.

En última instancia, la elección de un empaste dental depende de tus necesidades individuales. Si valoras la durabilidad, los empastes de amalgama pueden ser la mejor opción. Si valoras la estética, los empastes de composite pueden ser preferibles. Consulta con tu dentista para determinar qué opción es la mejor para ti.